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sábado, 10 de marzo de 2012

Aquella Noche


Clasificación: PG - 13
Género: Animé, Sobrenatural
Disclaimers: Este drabble fue hecho por mí, su propiedad intelectual me pertenece. Esta narración pertenece al mundo de Kuroshitsuji. Los personajes aquí presentados pertenecen a Yana Toboso. Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia






Fue aquella noche, esa en la cual la luna estaba en su máximo esplendor. Aquella noche, él se entregó a mí. Aquella noche, cuando su corazón se estremeció al sonido de su firme voz sellando el trato, su alma se me concedería a cambio de un pacto de venganza. Su alma era el precio, aún así no lo dudó. Firmó con un Demonio. Su alma. Pura e inocente, cargada de odio y rencor. Cualquiera estaría aterrorizado de siquiera pensar un trato con la Oscuridad, él no era la excepción y su corazón centelleante demostraba que se metía en un laberinto, donde lo desconocido se prestaría a cada momento. Pero aún así no titubeó un segundo. No. No se mostraría débil ante mí a sabiendas que yo podría acabar con él en menos de un pestañear. Eso me gustó. Me fascinó el rencor que hacía su fortaleza, el odio que cargaba esa alma aturdida. Estaba aterrado. Miedo. Rencor. Odio. Furia. Venganza.

Aquella noche, su alma era el deseo de todos los Demonios, pero aún así él se entregó a mí. A mí. Yo que fui testigo de las heridas que sufrió, estuve ahí esa noche que fue humillado. Disfruté. Disfruté cada instante en el que su corazón cargaba estos sentimientos. Un alma preciada. El alma de un niño. Frágil. Tierno. Puro. Inocente. Tan lleno de vida.

Plumas. Plumas negras de alas rotas llenaron el vacío inexistente de la nada. La oscura inmensidad cayó sobre sus ojos y él… él. Aquél niño, aquella noche, vendió su alma por venganza.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Mi héroe


Clasificación: PG - 13
Género: Drama
Disclaimers: Este one shot fue hecho por mí, su propiedad intelectual me pertenece. Algunos personajes y/o nombres fueron inventados al igual que la personalidad de los integrantes de My Chemical Romance y allegados. Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia
 Aclaraciones:
Cursiva = Pensamientos, ideas, frases o flashbacks
Cambio de tipografía y cursiva = Voces en off (?)







El cartel verde luminoso anunciaba que había llegado al ‘Estudio 6’. Allí me esperaba una entrevista para la Music Fusion TV. No sé por qué tuve que venir, nunca fui de venir a estúpidas entrevistas. Nunca me agradó la televisión, mucho menos un noticiero. Era mejor quedarme fuera del mundo, porque así me había criado.

        ¡Alison Gun! ¡Qué bueno verte! –Me recibió un gordo y calvo señor- ¡Señores ha llegado Alison!
        Supongo que usted es el Sr. Harrison ¿verdad?
        ¡Oh! ¿Dónde quedaron mis modales? David Harrison a sus órdenes mademoiselle


Este tipo me desagradaba. Fingí una sonrisa y pasé de largo mientras que el gritaba a sus asistentes que dejaran todo en perfecto estado para mi entrevista, las maquilladoras y estilistas corrían para dejarme en “buena presencia”.

Estupideces.

Nunca necesité uno y no lo necesitaré jamás. Empiezo a creer que fue mala idea el haber aceptado esta propuesta.

Escuché varias voces y risas conocidas, volteé a ver y efectivamente estaban Ray y Frank allí también.

Pésima idea.

        Alison –se sorprendió Frank al verme-, no sabía que estabas aquí
        Lo mismo digo Frankie, lo mismo digo
        ¿cómo has estado? Escuché que saliste de gira con The Zeros
        Sí, es cierto. Fui reemplazo de su bajista por tres semanas, hasta que se recuperaba de su sobredosis
        No cambian más ¿ah?
        Siguen iguales, ¿y tú?
        Yo, uh… pues…
        I can see a Gun here baby! –me gritó Ray con un vaso de cerveza en su mano mientras se dirigía a abrazarme
        And it’s gonna shoot you tonight, sweetheart –le respondí sonriente y lo abracé fuertemente.


Los extrañaba mucho, no nos veíamos desde hacía meses. Desde ese  día especialmente. Odio recordarlo…

        ¡Alison! –me gritó el gordo- te estamos esperando cariño
        Supongo que debo ir, hablamos luego
        Te estaremos viendo –dijo Ray y yo reí


Fui a donde me indicaron y me senté en ese sofá azul frente a un hombre joven, un aspecto de nerd tenía. Pero parecía saber del tema. Las luces me cegaron un poco, no estaba acostumbrada a la iluminación de estos tipos de lugares. Siempre en sótanos, bares de mala muerte y cuartos con celosías cerradas. Oscuridad completa.




     Alison Guncomenzó el reportaje
     Así es
     Cuéntanos sobre ti



Oh bien, terrible idea la de venir. Hubiera inventado una excusa patética y ya. Suspiré, era hora de salir a la luz de una vez por todas. Oh dios…

Como habrán visto, soy Alison Gun. Perdón, perdón. Alison Wright es mi nombre verdadero. Concebida, nacida y “criada” en Manhattan, un perro de la sociedad, una fugitiva escondida en New Jersey, bajista de una banda punk, una “desconocida para el mundo, heroína para los marginados.” Bueno… así me calificaron los de la Punk Magazine. Estúpido nombre.

Mis padres… padres, ha. Irónico. Lo único que tienen de padres es el hecho de que me dieron vida, nada más. Anarquistas, rebeldes y drogadictos. Crecí en ese mundo hostil entre medio de agujas, cigarrillos y alcohol. De día iba a la escuela a dormir, mientras que por las noches cuidaba de que mis padres no murieran de sobredosis. Al principio quería amor y ser una niña normal, pero me di cuenta que no encajaba en ese mundo y que los demás tampoco me dejaban ser parte de él. Luego noté que la escuela no servía para nada, nos enseñaban que las cosas que yo vivía día tras día estaban mal, pero ellos hablaban sin conocimiento, no sufrían lo que yo veía.

En el viejo Manhattan las cosas son simples: matar o morir. Parecía más un ghetto  que otra cosa. Constantes tiroteos, gente muerta en las calles, ríos de sangre en los pavimentos. Bienvenida a la jungla –me dijeron. Para mí representaba un perpetuo peligro vivir en la calle, pero no sabía si verdaderamente el peligro estaba allí afuera.

Mi casa no era el típico hogar americano. Ni tampoco se seguía con la rutina de levantarse con un sol radiante, o mi madre llevándome el desayuno a la cama. Tampoco desayunábamos en familia, ni mi padre le brindaba un beso cariñoso a mi madre para ir a trabajar. Nadie me controlaba, yo los controlaba a ellos. Controlaba que siguieran respirando. A mí me importaban ellos, eran mis padres ¡maldición! Pero a ellos no les importaba en absoluto. Cuando cumplí la edad de trece me fui de mi casa. Una discusión con mi padre que casi me cuesta la vida fue el detonante. Tenía que valerme por mi misma en las calles, estaba sola en la jungla.

La verdad era que yo estaba sola de hacía mucho tiempo.

Fui de aquí para allá,  terminé en New Jersey. Unos amigos me alojaron en el sótano de su casa, y allí me quedé por largo tiempo. Tenían una banda que recién comenzaba y buscaban un guitarrista. Me ofrecieron a mí el puesto, pero yo no sabía ni como tomar una. Me dijeron que no me preocupara que ninguno de ellos sabía tampoco y acepté. Sonábamos como un gato atropellado. No tenía forma alguna, éramos un desastre.






     ¡Guau! Qué historia de vida. Cruda. Bien, debe haber sido muy difícil para ti ¿no?  -asentí- ¿Por qué el nombre Alison Gun?
      Porque mi padre me apuntó con un arma en la cabeza. Por eso me fui de la casasonreí al ver cómo el tipo se quedaba asombrado
     ¿Desde ese momento fuiste Alison Gun?
     Podría decir que sí, en realidad Alison Gun fui siempre. Pero ella apareció mucho tiempo después. Cuando dejó de sentirse sola
     ¿Cuándo fue exactamente ese momento?
     Cuando conoció sus héroes





Mis héroes. MI héroe…





…Gerard Way





     ¿Cómo conociste a los chicos y cuando se formaron como banda?
     Amigos en común. Estos mismos que me dieron asilo en su casa… nos juntamos un día de lluvia, estábamos todos juntos reunidos en el living aburridos hablando de música, trajeron algunos instrumentos y salió. Simple





A Gerard lo conocí en la escuela primaria. Ya desde pequeño lo tildaron de “freak”, pero porque era muy callado. Siempre jugaba solo y se la pasaba dibujando. Era muy solitario y todos los niños lo molestaban o simplemente le temían. A mí me causaba curiosidad, era distinto a todos y extraño. Hasta que un día junté valor y le hablé.

En ese momento supe que él era como yo, se sentía vacío y solo y quería la aceptación de alguien. Quería un amigo y que lo dejaran de ver como ‘el chico raro’, que lo conocieran en profundidad. Tomé su mano y fuimos a los columpios, le conté de mi vida y de todos los problemas que tenía en casa. Él me miró, se bajo de su columpio y me detuvo, me abrazó y me dijo al oído que estaría conmigo para escaparnos a la casita del árbol de su casa. Cuando no tuviera donde ir él me esperaría en la nuestro escondite.

Tomé su palabra y por los siguientes años fuimos mejores amigos. Hasta que la adolescencia llegó y las hormonas también. Fuimos la primera vez del otro, porque no confiábamos en nadie más. Creo que nos fue bastante bien por ser primerizos, no diré que fue mágico y todo eso porque nos emborrachamos para lograrlo. Continuamos nuestra amistad sin problemas, ahora teníamos más confianza que antes. No teníamos ningún secreto, nada de nada. Éramos absolutamente transparentes, podíamos saber nuestro ánimo con solo vernos. Él me conocía mucho más de lo que yo misma me conocía y con él pasaba lo mismo, yo lo conocía más de lo que él se conocía. Éramos así. Casi hermanos.

Aún recuerdo perfectamente que cuando se enteró lo de mi padre me llevó a vivir con él en su casa. Al principio estaba en el sótano, pero a su madre se le ocurrió utilizarlo como una sala de reuniones para Mikey, el hermano de Gerard. Ahí me descubrió, hizo escándalo y me echó alegando que llamaría a la policía. Gerard no lo permitió y me llevo a nuestro escondite, increíblemente duré una semana y media en la casa del árbol sin caerme, haha. Divertido.

Después de eso me fui a vivir al sótano de nuestros amigos, los que me enseñaron a tocar la guitarra. Allí comencé con la música, me liberaba. Era una buena terapia, lo que no llenaba con droga o cerveza lo satisfacía con música. En una de las tantas fiestas en la casa, Gerard llevó a Ray y Frank, y fue ahí cuando los conocí. Él me hablaba constantemente de formar una banda, que teníamos que hacernos escuchar y cosas así, decía que seríamos más grandes que los Beatles y que algún día tocaríamos con John Lennon. Yo le respondía que dejara de beber, que le estaba afectando al cerebro, nunca nadie iba a ser más grande que ellos, ni tampoco Lennon nos llamaría para algún concierto. Él me insistió tanto en formar esa banda que acepté y le dije que buscara a sus integrantes, así encontró a Ray y Frank. Bah, Ray era amigo de Matt. Matt es el que me hospedó en su casa, a su vez amigo mío y de Gerard. Y Frank… no tengo la más mínima idea de cómo apareció en nuestras vidas. Pero sé que nos hicimos muy buenos amigos.

Al día siguiente de la fiesta cuando ellos despertaron me propusieron tocar para ver como sonaríamos. Había un problema: éramos tres guitarristas y ellos eran mejores que yo. Gerard tomó el bajo de uno de los sillones del living y me lo dio.

        Toca –me ordenó prácticamente
        No, porque no sé. Y me parece una absurda idea esto –reproché
        Toca Alison –me repitió-. ¿Piensas que yo sé cantar? Ha, vamos. Es para divertirnos un rato, no sacaremos un CD


Refunfuñando acepté y fue… estupendo. Me sentí bien, además que me elogiaron por tocar bien. Era mentira, lo único que Jerry me había enseñado eran dos acordes locos, el resto eran puras cuerdas sueltas, que al parecer funcionaron.

Seguimos así y nuestra pequeña banda comenzó a tener forma. Jerry me enseñaba todos los días un poco más, yo practicaba siempre y Gerard empezó a componer. Tenía 17 años pero su mente era la de un genio. Había veces que no comprendía cómo podía caber tanta genialidad, tanta… tanta… no sé. Es difícil describir lo que era, pero cada vez que venía con algo nuevo escrito era un placer componerle melodía a tan bella poesía. Cursi, lo sé. Pero sus canciones son poesías.





     ¿Cómo comenzaron? Me refiero a actuaciones y esas cosas
     Como toda banda que recién comienza. Fiestas en casa de nuestros amigos, garajes, bares. Típicos lugares donde uno toca las primeras veces. Había un hombre que estaba en el negocio y nos ofreció trabajo





Tuvimos unas pequeñas presentaciones en distintos bares de la ciudad, llenábamos un cupo de 70 personas todas las noches, hasta que nos llegó la oportunidad de presentarnos en algo más grande, pero éramos idiotas y no aceptamos. Tampoco nos arrepentimos, hasta que vino un hombre del sistema y nos ofreció un contrato con cierta discográfica. Necesitábamos la plata, la droga nos estaba escaseando. Aceptamos probar suerte y salió todo perfecto.





     Entonces allí surgió ‘Like Phantoms Forever’
     En realidad ese es el nombre de nuestro EP, mucha gente lo toma como nuestro LP, pero no teníamos la mente creativa en esos momentos entonces quedó ‘Like Phantoms Forever’ quitándole el EP
     Es un disco con mucha furia, estaban muy enojados ¿verdad?
     Estábamos resentidos más bien. Resentidos con la sociedad porque la gente te pasaba por alto, no les importaba un carajo cómo estabas o si vivías o no. Además necesitábamos eso que nos representara, que les mostrara a los demás que ahí estábamos nosotros. Queríamos que nos escucharan y ellos nos ignoraban. Creo que ese fue el tema principal del disco. Que nos presten atención





Con la salida del disco hicimos giras en todos lados, así estuvimos 6 meses hasta que volvimos a “casa”. Digo “casa” ya que ninguno tenía un lugar fijo para vivir, todos estábamos en la calle. La gira, por ser novatos, no había dado muchos beneficios; en la mayoría de los lugares nos abucheaban, una pequeña minoría estaba agradecida con lo que hacíamos, con el mensaje que transmitíamos. Otros no entendían nada y se adherían a la protesta y generaba violencia. En fin, había de todo y se podía esperar cualquier cosa del público que visitábamos y como dije muy pocos valoraban la música nueva.

Volvimos a New Jersey y entre todos alquilamos un pequeño galpón para vivir, ese lugar lo era todo. Era la esencia de lo que vivíamos, era el aire que respirábamos, la oscuridad de nuestro pasado. Era simplemente nuestra historia reflejada en ese lugar abandonado y lleno de moho.

Ese lugar hacía de hogar, albergue, sala de ensayos, despensería y por qué no cuna de las mejores fiestas de NJ. No importaba el horario, siempre había gente en casa haciendo reuniones, había veces que ni siquiera los conocía, ni sabía quiénes eran, pero allí estaban haciendo de mi hogar el suyo. Una noche tomé las llaves de la van y me fui al lago que había cerca de allí, hacía eso cuando quería estar sola. Gerard me advertía que era peligroso, pero omitía todo tipo de comentarios. Sólo éramos mi conciencia y yo.





     Se conoce que tú y Gerard compusieron el segundo álbum ¿no fue un poco apresurado?
     En realidad creo que no, había pasado cerca de un año cuando empezamos a grabar lo siguiente. Componer siempre es una etapa complicada, escribir una canción puede llevarte hasta semanas, otras veces viene sorpresivamente y te inspiras y escribes, escribes y no dejas de escribir. En ese tiempo nos complementábamos perfectamente y estábamos sobrios la mayor parte del tiempo e inspirados. El álbum apareció casi de la nada, aunque lo más duro fue grabar





Gerard desapreció por dos semanas y el contrato estaba a punto de caducar. Estábamos furiosos, no lo encontrábamos por ningún lado y tampoco daba señales de vida. Llevaba tiempo desaparecido y nadie sabía absolutamente nada de él. Lo último que habíamos escuchado era que andaba en los territorios de ‘Gacela’ en busca de  cocaína. Temíamos lo peor. Lo buscamos incluso en hospitales, pero nada. Cierto día llegó al estudio en condiciones deplorables, con resaca y malestar general. Llevaba puesto la misma ropa que usaba el día de su desaparición, sólo que esta vez traía consigo unas gafas negras. Según él fue porque le fastidiaba el sol. Se sentó en uno de los sofás del estudio y luego se recostó masajeándose las sienes.

        ¿Dónde mierda te habías metido? ¡Sabes que nos queda poco tiempo! –lo regañé
        Shhh. Cierra la boca, tengo una jaqueca que me está asesinando
        No interesa, tienes que venir a grabar tu parte –gruñó Frank
        Lo haré después, ahora quiero descansar
        Descansar mis pelotas. Te vienes ya mismo a la cabina a grabar
        Relájate Frank… ya voy mamá –rodó los ojos al ver la mirada furibunda de él


Con pereza se levantó y se dirigió a la cabina. Se colocó los auriculares y comenzó a cantar a medida que la introducción de la canción pasaba.

        ¡Esto es una basura!  La batería va muy despacio, las guitarras están desafinadas y el bajo está muy alto
        Gerard, todo está en perfecto orden. Yo mismo chequeé cada uno de los instrumentos y estuve con el sonidista a la hora de grabar sus partes, el que escucha mal eres tú –sentenció nuestro representante
        Esto. Está. Mal ¡Todo esto está jodidamente mal! No me gusta, lo reharemos nuevamente
        Gerard déjate de joder, está bien. El que falla eres tú –dijo Ray
        YO SOY EL LÍDER DE ESTA BANDA, Y SI YO DIGO QUE ESTO SE ESCUCHA COMO LA MIERDA LO HAREMOS DE NUEVO HASTA QUE SALGA PERFECTO. ASÍ QUE MUEVAN ESOS TRASEROS Y TOQUEN HASTA QUE SUS DEDOS SANGREN. NO ME JODAN
        Gerard –lo llamé
        ¿QUÉ?
        ¡Vete a la mierda!


Dicho esto, me di media vuelta y me fui. Sentí que me maldecía, la verdad, no me importaba; él estaba pasado de droga. No sabía lo que decía, yo lo conozco y ese no era el Gerard Way que conocí.

Finalmente, luego de mucho discutir logramos sacar ‘Bullets for Love’, aunque tuvimos que reescribir todo de nuevo. El quería sacar una obra de arte, lo que salió fue un montón de basura malhecha. Odio ese álbum, no tiene sentido alguno y todo el mundo lo sabía, excepto él.





     ¿Cómo era la relación entre Gerard y la banda?
     Todos somos amigos, por ende tuvimos altibajos. Pero amábamos a Gerard y lo respetábamos como a un verdadero artista. Aunque se ponía en diva de vez en cuando y criticaba todo, nos hacía sentir mal. Pero a pesar de todo, era el mejor para todos
     ¿Cómo era su relación? Me refiero a Gerard y a ti
     ¿Acaso estoy en el psicólogo y no me di cuenta? Ha, él representaba mi familia, nada más





Estúpido, metido, chismoso y… y… idiota. Ahora sí, me odio por haber aceptado a hacer este interrogatorio. ¿Entrevista? Esto es una especie de prensa amarillista, no diré nada sobre lo que vivimos Gerard y yo. Nadie tiene por qué saber. Pareciera como si estuvieran esperando a que cayeras para pisotearte, pero me hice fuerte y no me dejaré caer.





     ¿Cómo era él?
     Inspirador, alucinante, un gran hombre y amigo. Mi hermano del alma





Gerard es imposible de describir en una palabra, pero si pudiera esa sería héroe. ¿Por qué? Porque él fue quien me salvó de muchas cosas, me salvó la vida. Siempre estuvo allí para apoyarme en todo, era mi refugio cuando me peleaba con mis padres, era mi pañuelo de lágrimas, un hombro donde llorar, era mi consuelo y mi compañía… el amor de mi vida.

Nunca supe bien cómo ni cuándo, sólo sé que mi amor por él era tan grande que hice todo por protegerlo y hacerlo feliz, pero ese día fallé y lo dejé solo, aún sabiendo las consecuencias que eso acarrearía. Fui una egoísta y es todo mi culpa, él…





     ¿Lo admirabas mucho, verdad? –me sacó de mis cavilaciones- ¿Lo admirabas?
     Era su fan número unosonreí
     Creo que eso es todo contigo. Muchas gracias por venir
     No hay de qué





El hombre siguió entrevistando a Ray y yo tomé mis cosas y me fui. Necesitaba verlo. Salí del estudio y tomé un taxi. Cuando llegué a mi destino, fui a su encuentro y sentí unos pasos detrás de mí.

        ¿Sabes? El día de la discusión con mis padres, en el que abandoné mi hogar Gerard estuvo allí conmigo e impidió que me pasara algo malo. Mi padre estaba borracho, había golpeado a mi mamá de manera brutal con un bate de béisbol y ella apenas podía respirar. Su cara estaba machucada, se notaba que tenía algunos huesos rotos y yo saqué a Gee del lugar porque no quería que viera una de esas escenitas que protagonizaba mi padre. Cuando por fin pude sacar al testarudo, cerré la puerta con llave e intenté separar a mi padre de mi madre. Intenté que dejara de golpearla mas recibí un fuerte puñetazo en mi mejilla. Después de que se cansara de ella vino hacia mí y comenzó con los golpes, luego de un poco de suplicas y llanto me dejó tirada en el piso de mi cuarto. Se fue y al rato volvió con una botella en la mano, bebiendo, emborrachándose más. Se desabrochó el cinturón y prosiguió con sus pantalones, cada cosa que hacía se acercaba un paso a donde yo me encontraba y yo comencé a imaginarme lo peor. Cuando por fin estuvo invadiendo mi espacio, me tomó del cabello y me obligó a que le practicara sexo oral, pero cuando me abrió la boca a la fuerza para… eso, Gerard llegó rompiendo la puerta de mi cuarto. Me encontró en esa situación y le pegó a mi padre por la espalda. Me agarró de la mano y me empujó a su lado, yo me aferré con fuerza a su cuello mientras mi llanto no cesaba. Me sujetó el rostro con las dos manos y me preguntó insistentemente si yo estaba bien, preguntándome qué había pasado y cuando quise hablar mi padre se removió en el suelo. Gerard me soltó y comenzó a patearlo. Lo pateó tan fuerte como pudo y yo no lo detuve, mi padre lo hizo caer cuando lo agarró de un pie y lo tiró. Él se zafó del agarre y le metió una patada en la cara mientras lo maldecía una y otra y otra vez por lo que me había hecho. Nunca lo noté ni supe cuando pero tenía un arma en sus manos. “Puedo ver que tienes un arma, niño” le dijo mi padre a Gerard. “Y es la misma que te va a disparar ahora” le replicó él. Y en un parpadeo le disparó en su entrepierna. Un disparo certero y dañino que dejó a ese tipo retorciéndose del dolor en mi habitación. Gerard volvió a agarrar mi mano y nos fuimos, dejando atrás todo. Incluso a mi moribunda madre. No volví a mirar hacia atrás, solo caminaba con Gerard, tomada de su mano. Increíblemente feliz de que me haya rescatado, creí que mi vida comenzaría a mejorar y sería ahora un cuento de hadas… pero nos dimos cuenta de que no era así ¿verdad?
        Sabes que no fue tu culpa, no fue culpa de nadie. Fue su elección
        ¡Pero si yo hubiera ido con él luego de ese maldito show seguiría con nosotros! ¡Frank maldita sea, debí estar con él y salvarlo!
        Las drogas, las giras, el estilo de vida que tomamos influyó. No te culpes
        El mismo día que Lennon –sonreí amargamente omitiendo su comentario-. ¿Recuerdas cuando decía que tocaríamos con ellos en un concierto? Espero que donde sea que estén se hayan conocido y toquen juntos, como siempre quiso
        Alison, no te mortifiques más. Basta, todos somos culpables, debimos detenerlo –me abrazó y yo me dejé caer desconsolada-. Yo también lo extraño y lo necesito, era mi hermano. Pero la vida es así y él prefirió inyectarse heroína y morir. No quiso seguir viviendo, no te culpes más. Basta
        Debes regresar a la entrevista –dije secándome las lágrimas y conteniendo otras
        No me interesa, editarán todo para que quede acorde a lo que ellos venden. Además, iremos por un café, ¿Qué opinas?
        ¿Negro, bien fuerte?
        Me parece bien –sonrió victorioso


Me abrazó una última vez y caminamos fuera del cementerio, mientras él llamaba un taxi yo me volví y compré una rosa roja. Ingresé nuevamente al lugar y fui a su tumba. Acomodé la rosa en un pequeño florero  junto a su lápida y me senté en el césped.

        Sé que te gustaba que te leyera cosas, más si las había escrito yo. Sabías que yo odiaba eso, nunca me consideré tan buena como tú, pero esta vez lo haré sin reproches. Sé que te alegraras –sonreí y procedí a leer


Cuando acabé, vi como un par de ojos avellanas me miraban expectantes desde lejos. Le sonreí y bajé mi vista a la nota. La besé, la doblé y la dejé junto al florero. Me despedí de Gerard prometiéndole volver y me levanté. Me sequé un par de lágrimas escurridizas y sonreí al ver como Frank, silenciosamente, me entendía. El taxi apareció y nosotros nos fuimos por ese bendito café que en esos momentos se me apetecía.










         “Gee:
Sabemos que no me fue fácil tu partida, todavía no la supero. Eras mi hermano, parte de mi vida. Mi primer amor y el único. Mi héroe. Te lo he dicho miles de veces y tú nunca me has creído, no me importaba que no lo hicieras. De hecho, era mejor así porque era la única manera que podía repetírtelo hasta que aceptaras vencido. Una vez me habías dicho que los héroes son gente común y corriente, gente ordinaria que hace cosas extraordinarias. Eso es lo que hace un héroe a una persona, sus actos y no sus súper poderes. Pero como todo humano fallamos y tú no estabas exento. Como cualquier ser humano común y corriente erraste muchas veces tomando las decisiones incorrectas una y otra vez, eso te llevó a dónde estás ahora. Pero hiciste cosas que muy pocos logran: tocaste el corazón de muchos, los ayudaste, les salvaste la vida, incluyéndome a mí. Te debo mucho Gee y lamento no haber estado allí, cuando más me necesitabas. Trato de no culparme pero se me hace imposible porque a mi mente vienen muchos recuerdos. ¿Sabes? Con todos tus defectos, problemas y virtudes siempre serás mi héroe. Te amo Gerard, saluda a John de mi parte.










Gerard Way
9 de abril, 1957 – 8 de diciembre, 1981

Amado hijo, excepcional amigo, gran compañero
Inspiración de muchos, inspirador como pocos










… allá va mi héroe, él es ordinario.”

martes, 20 de diciembre de 2011

Fue lo mejor del amor


Clasificación: R
Género: Songfic, Romance
Advertencias: Sexo explícito homosexual
Parejas: Frank x Gerard [Frerard]
Disclaimer: Este one shot fue hecho por mí, su propiedad intelectual me pertenece. Algunos personajes y/o nombres fueron inventados al igual que los hechos y la personalidad de los integrantes de My Chemical Romance y allegados. Cualquier similitud con la realidad es mera coincidencia
Aclaraciones:
Negrita y cursiva: Partes de la canción
Cursiva: Pensamientos u otros







“Él pasa a verlo a las seis, como acordaron ayer…”






Sábado. Conducía su automóvil a toda velocidad para verlo. Iba tarde. Seguramente lo estaría esperando. Su esposa lo detuvo para amarlo, él como buen esposo cumplió, pero bien sabía que lo hacía sin el más mínimo sentimiento. Ella era buena, de eso no tenía dudas pero no lo suficiente como él. Ella era por placer. Él, él era por amor. Cada beso, cada caricia, cada roce despertaba sus más ocultos sentidos, haciéndolo sentir vivo.




¿Dónde estás? –pensaba él. Había pasado más de una hora esperándolo. Miraba a todos lados, miraba su reloj de vez en cuando fijándose la hora. No aparecía. No llegará. Sonó su celular. Muy desesperado y ansioso contestó. Estaba emocionado, pero se evaporó cuando escuchó la voz de su mujer recordándole volver a casa, que estaba preocupada. El muy fríamente le mencionaba que pasaría el día con la banda. Ella le dijo que lo amaba. Él se limitó a devolver el gesto con un insensible ‘yo también’.




Estacionó el auto y logró divisarlo. Allí estaba, hablando por teléfono. Supuso que con la mujer. Los celos lo invadieron, pero al ver el rostro inexpresivo de su amante una sonrisa se dibujó en sus labios.

— ¿Dónde mierda estabas? –Le reprochó
— Sí, estoy bien. Gracias ¿y tú?
— Gerard, es en serio. Jamia no para de llamar preguntándome donde estoy
— Perdón amor. Lindsey quería estar conmigo
— Ya sabes que odio que te toque. Odio que sea ella la que esté contigo y no yo
— Olvídate de eso ahora –tomó su rostro entre sus manos-, estamos los dos juntos, solo tú y yo –lo besó de manera tierna y apasionada. Él acariciaba sus manos, mientras el beso crecía y crecía… al igual que el bulto de sus pantalones
— Ya estamos aquí. No hay que esperar más. Entremos
— Pero la habitación… nos verán
— Ya hice la reservación –dijo Frank besando el cuello de su amante-. Además la recepcionista acaba de irse, el lugar esta para nosotros solitos. Aparte ¿desde cuándo te importa que nos vean? –inquirió sonriente
— Desde el día que me case –bajó la vista
— Vamos –tomó su mano y entraron





***





“…Y de nuevo en ese cuarto se desnudan piel a piel, se desgarran y se entregan a las ganas y al placer…”





— Te amo
— Yo más –le repitió entre besos jadeantes mientras lo cargaba a la cama


Este era el momento que habían esperado largo tiempo. Este era el momento en el cual podían ser ellos mismos, en el que podían amarse libremente sin tener que fingir, ni actuar, sin nadie que los viera. 

Gerard lo recostó en la cama, mientras se deshacía de sus ropas. Friccionaba sus entrepiernas para sentir más esos endurecimientos. Frank se dedicaba a acariciar el pecho de su amante, saboreándose los labios. Gerard trazó un camino de besos desde el cuello a su entrepierna, donde yacía una evidente marca de excitación. Desabrochó el pantalón y bajó la cremallera lentamente, causando un gemido de ansia por parte de su amado. Sonrió al ver el rostro de Frank, que disfrutaba del roce de su mano con el tatuaje de “amistad”. Amaba ese tatuaje, era su preferido, sabía lo que significaba y apreciaba que lo haya hecho. Una hermosa muestra de amor y no de amistad como todos creían. Lo besó de manera cálida repetidas veces, deslizando su mano dentro del bóxer, llegando a donde quería. Comenzó a mover su mano pausadamente, lamiendo EL tatuaje. Sentía como lo disfrutaba, veía la expresión de placer en sus facciones. Aumentó el ritmo de su mano, metió el miembro en su boca relamiéndolo de la punta a la base.

— Gee… awwww…
— Shhhh… nos escucharan –rió y chupo el glande de su novio como una paleta
— Awwwww fuck –gemía él acariciando el cabello azabache de este.- Maldición, ¿Por qué eres…
? Awwwww
— Mi manera de pedir perdón –sonrió y jugueteo con el pequeño agujerito del glande mientras se masturbaba



Gerard mordió suavemente su pene, causando un gemido sonoro de placer en Frank, salivó dos de sus dedos y los introdujo en él. Los movía lentamente, sentía como el ano de Frank se iba relajando, sus muslos se contraían, movía su pelvis. Gerard no dejaba de jugar con su miembro, subía y bajaba el prepucio de este; dejó de tocarse para satisfacerlo plenamente. Estimulaba su entrada con una y con la otra lo masturbaba rítmicamente. Frank gemía, tragaba saliva, se mordía los labios… Luego de un rato retorciéndose de placer jaló los cabellos de Gerard, mordiéndole el labio inferior al besarlo.

— Mi turno –se sonrió maliciosamente


Gerard sonrió y se recostó, Frank comenzó a consentirlo. Amaba el cuerpo de Gerard, era la cosa más perfecta que podría existir. Lamió cada centímetro de piel. Su cuello era su parte favorita, su debilidad. Lo mordisqueó un poco tratando de no dejar marcas, pero le resultaba imposible. Rozaba fuertemente sus miembros provocando gemidos de dolor y placer en Gerard. Restregaba su rostro en la entrepierna de él arrancándole el bóxer con los dientes, dejando expuesta su erección.

— Alguien está feliz de verme –rió


Tomó el miembro entre sus manos y le brindó besos en toda su extensión, presionaba la base y lo golpeteaba contra su lengua. Finalmente lo introdujo todo en su boca. Chupando, lamiendo, besando, mordisqueando, acariciando… era tan delicioso y tan imposible de resistir.

— Frank… awww… mierda –gimió-. ¡Te quiero dentro mío carajo!
— Espera –presionó el glande y subió de nuevo a la boca de su amante, extrañaba esos labios rojos hinchados de tanto besar y otras cosas más-… ¿me decías?
— Te necesito dentro Frank –dijo sonrojándose


Frank rió y asintió. Condujo su pene hasta su entrada, no sin antes acariciárselo con la punta para que se relaje. Se introdujo en él provocándole un gemido de dolor. Esperó un rato a que se acostumbren y comenzó sus movimientos acompasados. Ambos gemían a la par. Las embestidas aumentaron. Inhalaban. Exhalaban. Su respiración no tardó en agitarse más de lo que ya estaba. Gerard rasguñaba su espalda de vez en cuando. Se asió fuertemente a los brazos de Frank con mirada suplicante. Él entendió y aumentó el ritmo, llegando más profundo. Gerard arqueaba su espalda de placer aferrándose de las sabanas e inició sus movimientos pélvicos al compás de los de Frank. Este lo atraía más a su cadera masturbándolo rítmicamente. Alcanzaron el nirvana juntos, un orgasmo perfecto y con una última embestida se corrieron. Gerard manchó el tatuado pecho de Frank y este dejó un tibio líquido dentro de él. Estaban rendidos, sus pechos subían y bajaban vertiginosamente, sus respiraciones agitadas, sus cabellos húmedos, sus labios rojos fundiéndose en un beso apasionado. Cayeron pesadamente sobre la cama.

— Eres perfecto –le halagó Gerard corriendo un mechón de su pelo que caía salvaje en su rostro-. Eres fabuloso. Eres el mejor. Te amo
— Ese fue el cumplido mas gay que he escuchado –rió y le beso la punta de la nariz-, eres lo mejor que me sucedió en mi puta vida. La razón por la que sigo viviendo. Odio profundamente el día que la conociste, el día que se casaron, el día del anuncio de su embarazo. Te odié como nunca te había odiado, ese día tus promesas de amor se esfumaron, desaparecieron, se hicieron añicos. Creí que no volvería a tenerte nunca más así
— Pero aquí me tienes. Aquí estoy. Frank, si hay algo que odié fue que te alejaras de mí. No pude tenerte lejos, intenté por todos los medios olvidarte pero solo te tenía más aquí dentro –dijo señalándose la sien- y aquí –se tocó el pecho.- En ese momento supe que eras la razón de mi existencia, la razón por la cual mandaría todo al carajo. Hermoso, olvídate de eso ahora ¿sí? Estamos juntos como queremos –lo envolvió en sus brazos-. Disfrutemos este momento por favor
Nunca me dejes mi amor –dijo susurrándole al oído, rozando con la punta de su nariz su cuello
¿Cómo dejarte si te llevo conmigo? Nunca he podido arrancar tu corazón de mi corazón


Quedaron en silencio, extasiándose con la respiración del otro sobre sus cuerpos. Besándose de manera desenfrenada…





                                                         ***





“…Y después de lo prohibido cada uno a su hogar…”





— ¿Te alcanzo a tu casa?
— ¿Quieres?
— Solo para estar
más tiempo junto a ti
— Seguro


Subieron al auto y partieron. Iban proyectando su próximo encuentro. Lugar, día, hora… Frank iba recostado en el asiento, como un niño pequeño mirando aburrido el sinfín de árboles y cableado eléctrico.

Llegaron a la casa de Iero donde su mujer lo esperaba. Bajo, no sin antes darle un corto beso en los labios y un ‘hasta el domingo mi amor, tal vez volvamos a vernos.’ Gerard vio como se metía a la casa y condujo hasta la suya. Se sentía
devastado al ver a la “señora Iero” recibirlo tan jubilosamente. Encendió el radio, buscaba algo que lo llevara lejos. Necesitaba despejar su cabeza.

De pronto esa canción comenzó… Y no tardo en hacerse sentir. Subió el volumen a más no poder solo para escuchar esa letra que tanto le recordaba la picardía en la que estaba metido. Gerard solo seguía con su mirada fija en el camino. Inquieto, vacío. Por dentro quería llorar. Esa canción era él. Ese hombre l
o describió perfectamente. Llegó a su casa, estacionó y volvió de nuevo a su vida. Esperando con ansias a que llegara el domingo.